sábado, 15 de agosto de 2015

El misterio de la estrella de Venus

Es entonces cuando Quetzalcóatl se transforma en violento
guerrero, Tlahuizcalpantecuhtli, y lanza un dardo al Sol
para ponerlo en movimiento. El Sol comienza a iluminar,
por lo tanto, Tlahuizcalpantecuhtli es el “Señor de la Aurora”,
el hacedor de la luz del alba, el que propicia,
el que instiga el primer dinamismo solar.
A. F.

 La estrella doble de Venus: Detalle de una vasija incásica del Cuzco, Perú.


Desde ignotas edades, el símbolo sagrado de la estrella de Venus ha sido venerado por los habitantes del Chili-Mapu. Así se descubre en antiquísimas formas líticas, en petroglifos, geoglifos y en innumerables representaciones de alfarería y textiles. Es un símbolo astral que evoca el misterio insondable del origen de los “primeros hombres” (ur-os), su aparición y migración de sur a norte por la geografía preglacial americana.

Es el recorrido de los viracochas, los Dioses Blancos. Los Caminantes de la Aurora.

De acuerdo a la Cosmogonía Glacial (1913) de Hans Hörbiger y Philipp Fauth, Venus es la luz más bella.

En la América pre-indígena, es decir, en la América Aborigen, el astro venusino es la patria estelar de los hombres-dioses. Su proyección como estrella doble –Estrella Matutina y Estrella Vespertina– entrega una clave de su asociación con el Sol –como astro visible y símbolo–. Venus es la “estrella anunciadora del rayo solar”.

Quetzalcóatl descendiendo desde el firmamento. Su símbolo es la cruz
con cuatro círculos. Foja 58 del Códice de Dresde.

Collar ceremonial de los sac de Kansas, en Estados Unidos. Se constata la asociación entre la estrella
de Venus como anunciadora de la aparición del Sol –el tetraskelión, swastika o cruz gamada–.


Venus es Yephun-Oiehuen de los araucanos, herederos de la tradición cultural de los antiku-pu-che –los Hijos del Sol– y de los lituche; Čauk-kola de los uros; es la estrella solitaria Quyllur de la tradición aymará y Ch’aska Quyllur de los quechuas e Incas (Ingas); los quichés de Mesoamérica la describieron como la Gran Estrella o Icoquih; los mayas, en tanto, la reconocieron en sus diferentes fases: Xux Ek (la “Estrella Avispa”), Nok Ek (la “Gran Estrella del Firmamento”), Sastal Ek (la “Estrella Brillante”), Chac Ek (la “Estrella Roja del Horizonte”) y Ahzab Kab Ek (la “Estrella Matutina”), concepción vinculada con Chaac, Deidad de la Lluvia; es la Gran Estrella o Huey Citlalín de los aztecas asociada a Ehecatl –también vinculado a la lluvia–, una de las manifestaciones del kukulkán Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, el dios blanco y barbado.

El misterio del origen. Una machi junto a chemamüll y tótems, en la Araucanía, en Chile. Nótese
a la izquierda, las estrellas de ocho puntas que coronan los tótems (Fotografía de O. Heffer, 1910).


En Venus-Wüñülfe se encuentra el Dios-Diosa, la Deidad de Dos Caras, Wuñelvefucha/Wuñelvekushe: El misterio de EL-ELLA.

Rafael Videla Eissmann
15 de Agosto de 2015


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